martes, agosto 22, 2006

Country girl (espera en retiro)


Querer llegar mas temprano, no complicar las cosas y empeorarlas. Esa es la situación en esta tierra de nadie. Dependiendo del contexto se vuelve tremendamente trágica, pero en realidad, es solo la espera de un colectivo. El problema es que odio esperar y no señorita!! no voy a darle el asiento donde están mis bolsos, porque son muchos y odio andar sobrecargada por la vida. Ellos además, tienen personalidad y vida propia y se mueven al compás de mi, pero en otra dimensión paralela amarilla. Por eso merecen una silla propia, por eso todos tenemos un chocolate coffler para cada uno. Maldito publicista. Malditos bolsos.
Odio mirar el reloj que esta enfrente mio, rojo. Si levanto la vista lo veo y veo los minutos que pasan, y recibo el mensaje temporal. Falta mucho. Parece que estuviera preparado justo para mi, tan imponente delante mio, yo que odio mirar relojes en estos momentos de ansiedad, yo que odio mirar relojes en general. Odio ver el tiempo irse y que su majestuosidad me deje impune a su tiranía de minutos. Como decía julio, sobre los relojes pulcera, esos pedazos de nosotros que llevamos atados o estamos atados a ellos, como si fueran parte de nuestro cuerpo, cuando sabemos bien, que podríamos estar sin ellos. Si todo fuera distinto. El mio tiene una abejita de san Antonio (saca la mano...) que me distrae de su verdadera función. Es divertido mirarlo cuando me olvido que es un reloj. Maldita garrapata temporal.
Irse antes de llegar, no llegar, peor aun, llegar demasiado temprano. Porque peor? porque se abre una brecha de tiempo no programada, que aveces resulta agradable, pero otras como estas se convierten en desagradables. Exagero, espero, encuentro. Me fastidio y me convierto en la persona mas insoportable. Otra vez la gran actriz.