miércoles, agosto 16, 2006


Me acabo de confundir a un viejo amigo, en el ciber chino, que no fue en realidad una buena confusión, por que el desgraciado hace mucho que no me visita y no lo veo. Seguramente estará viendo el mar y leyendo un libro mio que nunca regreso. En fin, me gustan las confusiones porque son esos errores de la mente, en donde traemos el holograma de la persona en lugares impensados, y por momentos solemos imaginar que son ellos, y lentamente rápido, se va y nos damos cuenta que en realidad era el que vende panchos en pueyrredon y tucuman. Aunque no exista dicho panchero.
Hoy entre cantos gregorianos y profesoras musicales, pensaba en esas cosas que uno piensa en clases tan poco típicas como esas. En realidad no estaba muy volada como suelo estar, porque realmente la clase estaba interesante pero, en un segundo que me colgué del cable como se diría en algún programa en canal 13 a las 12:30 de la noche, que en este blog hay un tema que abunda en cantidad y que es el señor Julio Cortázar.
Considero que, así como uno escucha un estilo de música para inspirarse y hacer actividades varias, como armar un ambiente sahumeriano y agradable, al leer este tipo de literatura realmente se le viene un ventarrón y abre las puertas de los sentidos desequilibrando la realidad, o dándola vuelta para mirarla de todas aquellas perspectivas ocultas. Ocultas?, o pasadas por alto?