Burbujas hechas niños con patas y leyes, Viniendo y pasando su vida por mis costados y mi espalda. Nunca más te voy a ver. Un día los timbres dejaran de sonar y emitirán sonidos imperceptibles. No vas a estar, no vas a escuchar. No persistirá un aroma, no vas a sentir, ni presenciar la ausencia. Porque no existo, los mensajes subliminales están arrinconados en el segundo cajón.
En otro espacio, dos personas hablan, en esta casa pocos cantan, allá en el otro lado algunos gritan. Yo acá trato de retroceder para pactar con el tiempo, la posibilidad de que la vida me haga un favor. Que la puerta, tenga al menos una forma de abrirse, y que yo, me percate de ello.