Te de manzanilla. relax. Raro peinado nuevo, como siempre.
Aunque contradigo. Ni tan raro. Ni tan nuevo.
Herví la pava y el agua se condensa junto con las ideas que van y vienen.
A minutos de volver a buenos aires a pisar la gran ciudad, a estar cara larga con las rutina cotidiana que me muestra una ciudad desbastada por el sistema.
Y yo inmersa en ella dentro de la nube de gente apilada arriba de un colectivo linea 5.
Gente en forma de nube a punto de estallar, a punto de gritar, a punto de tirar la chancleta, como quien diría.
Pero siempre a punto, siempre casi, pero finalmente nunca.
Y ahí voy yo, como ellos, como tantos, intentando creer en sueños cristalizados, que algún día se van a cumplir. Si es que no los olvido en algún cajón, si es que no los encierro con llave, si es que cuando este dispuesta a ponerlos en marcha me acuerde donde los deje.