Tango, abasto, Gardel, un pequeño arte, y un cigarrillo fumado hasta el filtro.
Un poco de circo y malabares, una sensación de regreso a una posición fetal retraída hasta el miedo, otra vez. Pero condensándose en buenos momentos, si es que se puede, si es que volver significa volver.
Preocupaciones diarias imaginadas, ganas de dormir mas de la cuenta, y cerrar los ojos y trasladarse mas allá de la realidad intensa, de poder llegar a esa mítica vida sin preocupaciones. Totalmente aburrida.
Tan cerca de vos y tan lejos de mi. Y viceversa. Lejos de todo, tratando de encontrar un encendedor fucsia que estalle melodías de otro espacio, y el sentir de volver a donde nunca tendría que haber regresado.
Comienzo de habitaciones frías y desconocidos cruces.
