Pueda hablar de una bebida increíblemente espumosa. Un mousse de sensaciones.
Puedo hablar de heridas que ya no lastiman, de amistades encajadas a las 5 de la mañana en alguna habitación soleada sin sol en algún lugar de buenos aires, pero mi reloj pulcera, tan enemigo de mi misma y de mi tiempo ya no marca esa hora en ese lugar y esta sediento de nuevos encuentros. Solo el logra escupir momentos de ayer, no encuentra palabras y busca retomar. Escupir, ¿te acordas?
Puedo hablar de hoy, de ayer, de la semana pasada, de la fabricación de un nuevo camino. De nuevos mundos, nuevas locuras, nuevas metas. Y ahí vamos...
No puedo explicar, no me salen las palabras,¿ tiene que haber una explicación?, ¿son necesarias?
¿cada minúscula acción posee su respuesta racional?.
Llegue al un punto que le pego una patada a la piedra de la racionalidad. La respuesta esta en "sentir", es una sola palabra, y hoy como siempre las explicaciones no bastan.
Encuadramos instantes en segundos, y los pegamos en la pared, nos paramos adelante e idolatramos como a un buda.
¿y la colección de cuadros del sótano? Ahí esta cerrado con llave...mejor así.
Los buenos momentos enmarcados en días, las buenas etapas plastificadas en meses y años
Tiro posters, saco marcos, desplastifico meses y años, quemo todo con el fuego de la irracionalidad y me escondo en lo desconocido, y finalmente me dispongo a vivir.
Y es ahí...en lo desconocido, donde espero encontrarte.